miércoles, 5 de diciembre de 2018

Todos los días es navidad

He desayunado en la cafetería de un hotel de cuatro estrellas.

He tomado café en un parador nacional.

Empecé de cervezas con mis hermanos a la una y mi madre nos llamó para ver dónde estábamos a las tres y cuarto, cuando a la comida le faltaba poco. Llegamos cuarto borrachos, algo colorados y contentos cuando los hijos/sobrinos están terminando su comida o la han terminado ya y se han sentado a jugar y ver la tele. Alguno está medio dormido.

He recibido un regalo sorprendente.

Me han salido unas fotos preciosas. Hacía sol pese al frío de diciembre en el norte,
hacía fresco pese al bochorno de agosto en Alcalá,
el campo está lleno de flores aunque ha llovido poco,
qué guapos estamos, da gusto vernos, pena lo del flash pero siempre digo que las malas fotos son para estos buenos momentos.

No has cambiado nada, si acaso para mejor.

Como dice mi amigo Gonzalo, ¿Bien, o te cuento?

He estado hablando con mi madre acerca de la natuleza del amor, de los amores y afectos y afectividad y cómo repercuten.

He estado hablando con mi padre del pasado.

He hablado con mi hijo de todo un poco y de nada un todo.

¿De verdad no vas a usar este jersey? Pues es precioso.
Claro que me lo voy a poner. ¡Qué bien! Gracias, gracias, gracias...

No, a mí no me queda tan bien como a ti. Me lo he puesto hoy porque me daba pena que se quedase en el armario todo el invierno/verano, pero estaba pensando en regalarlo, así que trabajo que me quitas. Sí que es un vestido muy apañao, pero ya te digo que no me queda ni la mitad de bien que a ti.

He comido de más, he bailado y he reído tanto que he terminado llorando.

No, hoy tampoco he conseguido llorar, y mira que lo necesito. Siento una presión tremenda en el pecho pero se me queda la lágrima a ras y no hay manera.

Me parece increíble haber aguantado tanto, con lo cansada que estaba. Pero veo poco a mis sobrinos/hijos de amigos y te pegan la energía.

Al hijo se le ve feliz, sano. Estoy TAN orgullosa.

Creo que podría haberlo hecho mejor como madre. Me siento culpable. He fracasado en esto como en tantas cosas.

Tengo unos amigos y amigas excepcionales, hablan y me organizan cosas en la cabeza sin querer, sólo hablando.
Por ejemplo un amigo dijo el otro día que los afectos fuertes nunca se van del todo. Creo que tiene razón. Hay cosas que nos marcaron y la marca se queda, sobre todo si es para bien.

He conducido a la hora de comer. Es la mejor hora. Escuchaba un disco, me sentía en paz.

He conducido de vuelta con el sol casi en los ojos, pensé que tendría que parar hasta que anocheciese pero al final no hizo falta. Los arreboles y la luz dorada eran bellísimos, me hubiese gustado poder mirarlos más pero ya iré de copiloto otro día.

He hecho una parada fuera de ruta para una visita y no sé si he hecho bien, he avisado con poco tiempo. Luego ha sido una maravilla, creo que recibo más de lo que merezco.

Todos los años lo mismo: parezco masoca, si no voy me siento mal pero luego parece que estorbo.
La próxima vez pongo una excusa y me ahorro el dinero y la angustia.

No sé por qué no quería venir, si luego siempre sale todo bien.
La próxima vez me como menos la cabeza, eso sí.
Bah, a quién quiero engañar; la cabeza me la voy a comer igual.

Los recuerdos me abruman por estas fechas.

Los recuerdos me llenan de alegría por estas fechas.

Siento muchísima incertidumbre por el futuro al tiempo que la necesidad de dejar de pensar en ello.

¡El amor me rodea, me sumerjo en él!

Creo que casi nadie me entiende. Dicen que me quieren igual, pero...

No te entiendo. Te quiero igual, eso sí, pero lo que es entenderte no te entiendo.

Voy a tomar otro vino. Mejor ahora uno tinto, ¡pero que no esté frío!. Llevo fatal el tinto frío.

Está riquísimo, da gusto oírle hablar con lo pequeño que es.

Está riquísimo. Hay que ver, con lo sencilla que es la receta. No sé cómo le das ese punto tan bueno. Sólo un poco más, que voy a tener que llamar a la grúa para que venga a levantarme. Sí, un poco más de vino, por favor.

Me habían recomendado este grupo, pero el concierto ha sido extraordinario. Estoy en éxtasis.

La charla deliciosa. Cómo me alegro de veros. Qué pena que no estemos todos.
Ya, es la vida, otra vez será.
Ya, está claro que no se pueden dejar las cosas para luego porque a veces no hay un luego.

Tengo suerte y lo sé.

Todos los días son navidad, pero cuando te veo es además nochebuena.


Zia Mei, diciembre 2018

Acordándome sobre todo de Esperanza, también de José.

Besando las horas de Luis como se besan las rodillas del niñojesús en las misas de fiestas.

jueves, 3 de mayo de 2018

Berenjenal 1

Está yendo mejor e irá mejor aún, pero hoy no me he reído con la foto de abajo, lo siento.
La uso de excusa y es graciosa, otro día me río, de verdad, pero estoy muy sensible con ciertas cosas (incluyendo que yo también llamo por teléfono a mi hijo para saber cómo lleva el tema de la cena), y sé que esto pasa pero espero que en un universo paralelo esta gracia no tenga sentido.
Mi vástago cocina cosas sencillas y aún no me suele llamar para saber si también prepara cena para cuando yo llegue o si no va a hacer falta porque ceno fuera, pero no salgo tanto y él tiene 15 años; todo se andará.
Suelo decir que no juzgo y quiero decir que juzgo el hecho, no a la persona. Me pregunto si mis amigos de entre 35 y 60 años le dicen a la gente que convive con ellos y que les cae bien: "Voy a preparar comida, cena, ¿hago para ti?" o si no hace falta porque la costumbre de la casa es repartirse de verdad esas obligaciones diarias.
No vale una vez al mes o a la semana. Seas hombre o mujer, si tu pareja o la gente que vive contigo le dedica al día tres o cuatro horas más a PLANIFICAR (que es lo más difícil), comprar, recoger, limpiar, colocar, cocinar, gestionar papeles, estar con los hijos si los hay (y estar con los hijos poco menos que te convalida años de psicología y enfermería), etc. le estás robando a esa/s persona/s una doceava parte de su tiempo de vida, un mes entero a lo largo del año.
Y no, no estoy exagerando, si acaso para menos. Calculad, personas no-gestoras principales de la casa, que por cada hora y media al día que estéis barriendo, llevando al niño al médico etc. la/s otra/s persona/s les dedican a similares menesteres entre cuatro y media y cinco horas de su jornada, ese chollo imprescindible para vivir y no remunerado que te hace dormir mal, comer peor y llevar un estrés como si llevares corriendo delante de un p**o león desde que, por alguna ley no escrita, empezaste a cobrar menos y esa fue la delirante excusa por la que tu tiempo te dejó de pertenecer.
Así que no hace falta que miréis muy lejos para mejorar el universo. Haced una reflexión sincera y si no recogisteis la mesa porque llegabais tarde a trabajar pero por la tarde salisteis una hora a correr porque hay que estar en forma y claro, no vais a pasar por el supermercado sudad@s, ¿no?, y os toca hacer la cena pero decís "No tengo hambre, no TE preocupes que ME hago un sangüis", incluso haceis dos o tres o los que sean y luego os dejáis relajar (vosotros que podéis) porque trabajasteis y estuvisteis con vuestras cosas y fuisteis al gimnasio y aún tuvisteis fuerzas para decir al resto "Tenéis mala cara porque os procupáis demasiado. Seguramente os vendría bien hacer ejercicio como yo hago -correr, natación, pádel o lo que esté de moda y te permita estar otra media horita subiendo las fotos al Instagram y respondiendo a los comentarios-, y mirad cómo me mantengo pese a todo lo que curro, no como vosotros".
L@s que hagáis eso, y por unas cosas u otras somos la mayoría, no manifestéis tan alegremente lo falso de esa autoestima tecnológica y gimnástica o la que sea. Es probable que esa persona exageradamente modesta -porque trabajar mucho y cobrar demasiado poco te termina reventando los ánimos- no haya tenido ni la cuarta parte del tiempo para dedicarle a configurar el router o ir a ver esa película súper reivindicativa que tanto os ha cambiado la visión del mundo. Tuvo que ponerse las bragas o los calzoncillos menos sucios que había en la cesta para ir a la oficina o a ver a su editor o visitar a un cliente o a cuidar de sus padres/suegros porque cuando por fin se fue a dormir no teniais en la cabeza poner/tender/recoger la ropa.
"Cómo te pones, sólo es una lavadora".
No: es como mínimo 23 días al año de diferencia. Todas las horas de 23 días -como mínimo- en un año.
Y no ha sido un humano (de cualquier género) estafador ni violador ni siquiera perezoso o mala persona. Dejamos que pase porque una foto fregando cacharros no obtiene megusta en Fb, pero ponen un episodio de estreno de cualquier serie que es la copia de la copia de la copia del refrito de otras mil y hay que verla para fingir que tenemos criterio propio.


lunes, 15 de enero de 2018

'MUSA' durante un día

A veces Sofía Winter me avisa para algo y yo no sé bien qué es lo que está pergeñando, pero me da igual.
Le pregunto, claro, cosas como cuánto tardaremos por si le tengo que decir al hijo que se organice solo con la comida/cena, o qué calzado llevo (una puede acabar en el monte o en la torre de la catedral o haciendo bailes de salón todo el mismo día).

–'Pentagonía' es impresionante –dijo mi amiga hace un año y algo refiriéndose al libro de Fernando Mircala –. He escrito un guión reflexionando sobre los personajes y he quedado con Fernando para hacerle unas fotos. Necesito que una figura femenina que aparezca al fondo de forma etérea en algunas, ¿puedes venir?

Trabajar desde casa es una ventaja, en general me puedo organizar las tareas.

–¡Mañana de charla y risas contigo y con Mircala! Pues claro. ¿Aviso al hijo por si llego tarde?¿qué ropa y calzado llevo?

–Ropa oscura y algo así como un velo.

Iba a ser una figura que, por las pintas, era como una alegoría de la muerte o de la tristeza o algo así, pensaba yo. Hacer de muerte es uno de los papeles más agradecidos que sale en las películas, o eso he soñado siempre. La tabarra que le habré dado a mi amigo Orlando D Drago para que me saque de personaje oscuro en algún corto, pero me parece que me voy a seguir quedando como espectadora por que es un hombre taaaan reflexivo...

Sofía ya tenía una idea, una cámara de fotos y estaba dispuesta a usar ambas cosas.
Luego grabó a Pablo recitando su guión-poema y...
Éste es el resultado, que me maravilla aunque se me sigue hacendo inquietante:



Queríamos haber hecho una presentación hace unos meses acompañando la proyección con una performance, baile, canto, lectura de poesía y algotra acción indefinible y estupenda... Pero un cambio repentino en el trabajo de Sofía lo dificultaba bastante.
Pongo el cartel que ya teníamos hecho porque de haber salido la cosa hubiese sido irrepetible: