Hace casi 24 años quise hacerle a mi prima Ana una visita sorpresa en León, pero la sorpresa fue que no estaba en casa. Me puse triste, sentí perdido el tiempo y en el bus de vuelta a Madrid escribí esto. Hacerlo me confortó. La poesía es un vicio útil, a veces.
Me lo he encontré por casualidad hace unos días y se nota que prácticamente no escribo porque más que evolucionar he involucionado; pero lo disfruto igual.
En la mañana de hoy llamé a tu puerta
ya que era pronto y aún te encontraría.
Tras larga espera, la casa vacía,
y yo las llenas calles vi desiertas.
Luego por tu acera paseé un rato
ya que era pronto y te vería pasar.
Los ojos jadeando de tanto forzar
la vista. En calles llenas, sola ando.
Miré en comercios, puentes, parques, bares,
ya que era pronto y aún tendría suerte;
de ansia y fe ciega iba haciendo un alarde
escrutando caras, ropas, andares.
En cualquier lado pretendía verte
mas, sin haberte hallado, se hizo tarde.
Zia Mei, entonces Esther Muñiz
10-XII-93
10-XII-93
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