domingo, 16 de agosto de 2015

Backorder

Estoy buscando utilidad para estas ingentes cantidades de tristeza que no paran de llegar.

Cuando asumí que la empresa de transportes no se haría cargo de una devolución sin remitente empecé a compactar el material para hacer muebles. Hasta he buscado un nombre chulo: "Blue Press", que queda evocador pero ambiguo. Es transparente y liso como el metacrilato pero no resulta gustoso al tacto. La prueba de banco corrido + mesa centro + estanterías fue desalentadora: el banco deja fría la nalgada y los cojines se escurren. La mesa calienta los refrescos y reviene el jamón. Los libros de la estantería se tumban; y se tumban; y se tumban hasta que se caen.

No consigo localizar a los que encargan tanta y tanta tristeza. Las cajas vienen nuevas y recientes, no son una devolución, sólo un error. Tienen que estar en algún sitio reclamándolas como locos y les dirán que no disponen de existencias o, como dicen los modernos, que "están en backorder".

Envié una muestra a una fábrica de cerveza por si era buen aditivo, como el lúpulo. Me han dicho que es demasiado amarga y que las resacas son atroces, pero que los usuarios beben más con la tristeza.
No la descartan aún.


Si la tristeza fuese barba
16 de abril de 2015, pero se aplica en muchos momentos.