Le contesté cuando ya tenía en el cuerpo unos vinos y había pasado una tarde de charla extraordinaria con mi amiga Gema. Un vicio llama a otro y el bebercio a veces te infecta con algún soneto:
Hoy huyo de la angustia y la tristeza,
de aquello muerto que nos dan por vivo.
Huyo del verbo fácil, y el esquivo
verbo es el que no me da pereza.
Huyo del exterior, pero en mi oreja
vierten palabras sabias mis amigos.
Recibo sus consejos y los sigo;
yerro y me encuentro hogares, nunca rejas.
Siempre huyo de mí misma, y cada paso
en mí misma tropieza, y redoblada.
Refléjase mi cara en cualquier vaso.
Me apuro y me consumo, quedo en nada.
Mas pienso que la nada es un ocaso:
la noche es magia, y luz la madrugada.
Zia Mei
Un soneto es un pecadillo que te suele dejar con hambre. Por su culpa salió así mi versión formal de "¿Ha leído a Pirandello?".
:-)
No hay comentarios:
Publicar un comentario