miércoles, 22 de abril de 2015

sábado, 18 de abril de 2015

La cabeza sobre mi cabeza

Ñam, ñam.

Tengo una cabeza flatulenta, hecha casi entera de una boca como el hueco que deja una raja gorda de sandía y las mandíbulas abiertas a 300 grados para comerlo todo. Es una cabeza gigante y torpe, una falsa cabeza sobre mi cabeza que da tumbos y se endereza según va creciendo y cambiando de consistencia: intestino delgado de animal limpio y desecado, luego globo sobre una varilla de plástico, luego careta de goma para carnaval y al final neumático rosa de bicicleta. Cabeza que come sin parar y sin ver.

Come cosas, pero prefiere comer –delicadamente como los perros sujetan con los dientes el pellejo de sus cachorros– gente. La que va encontrando por la calle, personas con las que se topa y coge con cuidado con sus dientes sin ojos: les levanta un poco para dejarles caer en el paladar o en la lengua, les sujeta con las mandíbulas como si estuviesen recubiertas de poliuretano. Ellos siguen caminando como si nada mientras ñam ñam la boca rodea con la lengua-alfombra-moqueta-edredón la parte de ellos que no es ellos pero sí.

La lengua recubre y chupa de lado la cabeza sin gente de la gente que pasa. Punta de la lengua muy de punta, detrás de las orejas. No le interesa, sólo come; ni tiene hambre, pero come y se hace cada vez mayor. Mi pseudocéfalo indolente come y no sabe pero por su gozo tiene en comparación conmigo cada vez más entidad.

Ñam, ñam.
Me falta sal, lo noto; me falta sal.

¿1998?



viernes, 17 de abril de 2015

Melocotonomaquia

"Toda la noche, en el huerto
mis ojos, como dos perros.

Toda la noche, corriendo
los membrillos de veneno."

Federico García Lorca. Fragmento de "Gacela VII del recuerdo del amor"


Se cimbrean juncos con cabeza de melocotón maduro por el laberinto simple de las avenidas.
"Corriendo los membrillos de veneno", decía García Lorca como si fuese la fruta en sazón una res brava.
No quiero melocotonomaquia. Sí quiero hacer recortes cercanos, más cercanos, pero no quiero que me arrollen. Los veo pasar tan hermosos y salivo porque percibo el olor en mi cabeza.
Yo quiero esto: la primavera en la calle y gente, mucha gente, gente nueva. Paseo por un frutero gigante con piezas envueltas en paquetitos. Tomate, manzana, fresa, uva. ¿Muerdes, se vierte el jugo? ¿Coincidirá el gusto con el aspecto?. Qué hermosos son los humanos cuando se está sensible a ello. Qué fácil es descubrirlos hermosos. Qué hambre, qué rechinar de dientes; jugosos humanos, naranjas frescas o secas.

Abril 2010



lunes, 13 de abril de 2015

¿De qué huyes tú, niña?

"¿De qué huyes tú, niña?", me preguntó Pilar Baena vía feisbuc con su habitual gracejo haciendo un juego de palabras con el nombre del café-librería donde me estaba solazando: La Fugitiva, en la calle Santa Isabel de Madrid.
Le contesté cuando ya tenía en el cuerpo unos vinos y había pasado una tarde de charla extraordinaria con mi amiga Gema. Un vicio llama a otro y el bebercio a veces te infecta con algún soneto:

Hoy huyo de la angustia y la tristeza,
de aquello muerto que nos dan por vivo.
Huyo del verbo fácil, y el esquivo

verbo es el que no me da pereza.

Huyo del exterior, pero en mi oreja
vierten palabras sabias mis amigos.
Recibo sus consejos y los sigo;
yerro y me encuentro hogares, nunca rejas.

Siempre huyo de mí misma, y cada paso
en mí misma tropieza, y redoblada.
Refléjase mi cara en cualquier vaso.

Me apuro y me consumo, quedo en nada.
Mas pienso que la nada es un ocaso:
la noche es magia, y luz la madrugada.

Zia Mei


Un soneto es un pecadillo que te suele dejar con hambre. Por su culpa salió así mi versión formal de "¿Ha leído a Pirandello?".
:-)



sábado, 11 de abril de 2015

¿Ha escrito usted formalmente a Pirandello?

La forma (cómo no) rebuscada que tuve para aprender a concretar mis mensajes fue apuntarme a un curso de escritura creativa en La Posada de Hojalata. De 'deberes' había que hacer un relato a la semana, trabajando cada vez una cosa.
Una vez tocó poner en voz formal el relato "¿Ha leído a Pirandello?", de Charles Bukowski.
Sólo me salió esto.


Pirandello
Zia Mei

Mi amor ya no me quiere ni en su casa.
A Amor despido, mas preciso un techo,
silla, paredes anchas, precio estrecho.
Me escribiré otra vida: tabla rasa.

El mundo va deprisa y yo despacio,
soy sabio y mentalista: soy poeta;
un viejo cínico al que nadie ya respeta,
mis ansias de lectura nunca sacio.

Una venus madura me ha tentado
con sexo fácil y un rato de olvido.
De nuevo la indolencia es mi pecado.

Pregunta por lo mucho que he leído,
y si a mi lengua un uso más salaz he dado.
Mañana estoy sin lecho, y hoy perdido.





sábado, 4 de abril de 2015

He probado casi de todo. Sí, de eso también. No, a mí no me funcionó.

He probado casi de todo.
Sí, de eso también.
No, a mí no me funcionó.
De lo que no he probado no puedo hablar.

Decirlo no es vivirlo.

No, no me ha servido lo que me contaste. No creo que nuestras situaciones se parezcan ni que yo lo pueda resolver como tú hiciste. De hecho pienso que no lo tienes resuelto, pero me gusta escucharte.
Sí, aunque te quejes, ¿acaso yo no me quejo?

¡Oye! No aproveches para recordarme todas la cosas que dices que haces mejor que yo; a mí no me sirve y si te sirve a ti, malo.

Es cierto que llamo poco; es esta temporada tan rara, la verdad es que apenas llamo a nadie pero ya sabes que en cuanto empiece no habrá forma de callarme.

Como si lo de pensar menos fuese tan fácil. ¡Dijo la sartén al cazo! Pero si tú pareces una centrifugadora, venga de darle vueltas a todo.

Ya va tocando quedar a tomar café, ¿no?. Mejor di tú qué día, porque si me olvido de llamarte para quedar me sentiré mal y si te llamo y tú no puedes también.

Sí, algo mejor, gracias. Antes o después se pasa. Siempre se termina pasando.

Y siempre vuelve. Y siempre se pasa antes o después.

(Y siempre vuelve)

(Y siempre)